El futuro de la salud renal cuando hay bajo peso al nacer
En los nacidos a término con bajo peso (de 37 a 42 semanas de gestación) o pre término (menos de 37 semanas), se han aplicado esfuerzos, no solo para que sobrevivan, sino para que lo hagan con la menor cantidad de secuelas, sean por los tratamientos recibidos, o por su propia inmadurez.
Hace 45 años se comenzó a relacionar algunas afecciones del adulto (sean del corazón, cerebro, diabetes o hipertensión arterial), con el bajo peso al nacer. Los riñones no escapan de afectarse y se considera que, ante las condiciones que soportaron, tuvieron que adaptarse reduciendo su masa de filtros para sobrevivir, condicionando daño a futuro, por lo que es necesario estar atentos durante su crecimiento, para reconocer las señales de alerta.
Hace 34 años se relacionó el bajo peso al nacer con la hipertensión arterial en el adulto por la limitación en la eliminación de sal, pero sólo 5 años después se introduce el término “oligonefropatía congénita”, que expresa una disminución de la masa de filtros presente al momento de nacer, relacionada con la hipertensión arterial y el riesgo de enfermedad renal crónica en la edad adulta.
Todas estas teorías se han ido comprobando con el tiempo y los estudios efectuados para ello han evidenciado la incidencia de las complicaciones, a las que debemos estar atentos recordando que cada uno de nuestros pacientes tiene su propio comportamiento, más grave en los que nacieron con menos de 1.000 gramos. Ellos son, los que con mayor frecuencia, presentarán inicialmente pérdidas de la proteína albúmina en la orina y niveles de presión arterial cerca del límite superior.
Corresponde finalmente no confiarnos de una engañosa normalidad en la velocidad del riñón para filtrar las impurezas de la sangre, fruto de una compensación temporal (hiperfiltración), que responde a la disminución en la cantidad y calidad de filtros con los que quedaron al mejorar de su gravedad inicial, pero que finalmente se agota y terminan en un cuadro franco de daño renal crónico que los llevará a requerir tratamiento sustitutivo, sea con diálisis o con trasplante renal.