No abusemos de la vitamina D en el niño
Si algo es bueno no significa que mucho es mejor
Cartas al Director - Diario El Universo
Sea por receta médica o por venta libre, muchos niños están recibiendo medicamentos que contienen vitaminas, con la finalidad de mejorar su peso, talla, aumentar el apetito o fortalecer sus huesos, sin considerar a veces las verdaderas razones por las cuales estas alteraciones se producen.
Las vitaminas son sustancias químicas que se encuentran en algunos nutrientes o son sintetizadas en el organismo, no aportan energía sino que ayudan a obtenerla a partir de los alimentos.
La llamada vitamina D no solo se encuentra en el aceite de hígado de bacalao, sardinas, atún, leche enriquecida, yema de huevo o queso, sino que también se sintetiza en la piel por la exposición al sol, por lo que suele llamársela “la vitamina del sol”; sin embargo, para poder actuar debe pasar primero por el hígado y luego por los riñones, donde se produce la forma activa, comportándose entonces como una hormona por su acción a distancia del sitio de origen, regulando la absorción del calcio en el intestino y favoreciendo la mineralización de los huesos al mantener los niveles normales de calcio y fósforo.
Las dosis diarias de vitamina D varían según la edad, estado nutricional y área geográfica, siendo suficientes para nuestro medio de 200 a 400 UI (Unidades Internacionales), aumentando en la lactancia, embarazo, o en el adulto mayor hasta 600 UI; sin sobrepasar las 1.000 UI por día en el primer año de vida, o hasta 2.000 UI diarias posteriormente. Solo en los casos de raquitismo por deficiencia de vitamina D, las dosis pueden ser hasta de 5.000 UI diarias, por el tiempo que el paciente lo requiera de acuerdo al criterio del especialista.
En los tres últimos años he tratado casos de 15 niños que, al haber recibido dosis excesivas de vitamina D, absorben tanto calcio que incluso han llegado a duplicar los niveles de este en la sangre, causando síntomas muy comunes a otras afecciones, como pérdida de peso, debilidad, dolores de cabeza, articulares y musculares, así como también emisión de grandes cantidades de orina (poliuria), mucha sed (polidipsia), formación de cálculos en las vías urinarias y hasta insuficiencia renal por los depósitos de calcio en los riñones (nefrocalcinosis).
El niño que “menos” recibió fue 100.000 UI en seis días, otro 12 millones en tres meses, y aquel que presentó la insuficiencia renal había recibido 6 millones de U.I. en solo diez días. Es que la vitamina D se deposita en el hígado, huesos y tejidos grasos, eliminándose tan lentamente que solo una dosis de 600.000 UI (que es el contenido de las ampollas bebibles que se venden en las farmacias) contienen suficiente vitamina para un año aproximadamente. Si se asume a la vitamina D como lo que en realidad es (una hormona), tendríamos mas cuidado en su administración, sin sobrepasar las dosis sugeridas, pues si algo es bueno no siempre quiere decir que mucho es mejor.
Oswaldo Freire Valencia,
Pediatra Nefrólogo, Guayaquil